Bagels

Tras el CumpleBlog y un fin de semana de lo más movidito por Madrid, vuelvo a la rutina. Esta semana se esta presentando de lo más saturada, pero de lo más gratificante. Así que me pongo manos a la obra para presentaros la receta salada de esta semana, unos esponjosos y sabrosos Bagels.

Su origen data de los siglos XVI-XVII, cuando los polacos nos hicieron un gran favor inventando semejante bollito bueno... En el siglo XIX los londinenses los incorporaron a su dieta, para posteriormente exportarlos a través del atlántico, hasta la mismísima América.

Este bollo es característicamente crujiente gracias a su cocción en agua (si, en agua) y su posterior decorado con todo tipo de semillas o cereales (a vuestro gusto). Podéis acompañarlo con cualquier tipo de relleno salado (pavo, salmón ahumado, queso, etc).

Espero que disfrutéis de esta receta tanto como los "probadores oficiales", y muchas gracias por la gran acogida de la receta del 3º cumpleaños del Blog :)

¡La semana que viene os cuento parte de mis aventuras madrileñas!

Vamos con la receta ...

Como toda receta que requiere tiempo de reposo y levado, lo más importante es la paciencia y respetar los tiempos. Pero tranquilos, es sencilla y el resultado es muy agradecido, ese olor a pan recién hecho lo compensa todo :)

La receta está adaptada de ChefSteps, no le he añadido la malta diastática ni el jarabe de malta de la receta original, simplemente no fui capaz de encontrarlo en ninguna tienda especializada, así que decidí prescindir de ellos.

Ingredientes (adaptada de ChefSteps; 8 unidades):

350 gr agua
650 gr harina fuerza
3 gr levadura seca para pan
25 gr azúcar
10 gr sal
Para la cocción: 10 gr bicarbonato sódico + 5 l agua
Decoración: sésamo negro, semillas de amapola, cebolla deshidratada, sal en escamas

Preparación:

En un recipiente hondo mezclamos los 350 gr de agua con 250 gr de harina y los 3 gr de levadura seca para pan. Tapamos el recipiente con film transparente y dejamos que doble su volumen a temperatura ambiente durante 2-3 horas (foto 2)
Tras el tiempo de levado, añadimos el resto de ingredientes secos: 400 gr harina, 25 gr azúcar y 10 gr sal. Amasamos durante 15-20 minutos hasta obtener una masa homogénea (no va a pegarse a los dedos; foto 3).
De nuevo, tapamos el recipiente con film transparente y dejamos reposar la masa 20 minutos en la nevera.

Sacamos la masa de la nevera y la dividimos en 8 porciones iguales.
Vamos a formar bolas redondas con la masa, del mismo modo que veis en las fotos.
Colocamos cada una de las bolas sobre una bandeja honda cubierta con papel de horneado y un poco de aceite o spray anti-adherente. Cubrimos con film transparente y dejamos reposar en la nevera durante otros 20 minutos.

Sacamos las bolas de masa de la nevera y vamos a darles forma de bagel. Hacemos un pequeño orificio en el centro de la bola y con ayuda de los dedos indice vamos girando la masa, ampliando el orificio central.
Repetimos este proceso con cada una de las bolas de masa y las dejamos reposar 40-60 minutos a temperatura ambiente.
TRUCO: sabremos que han levado correctamente, cuando al introducir un bagel en un recipiente con agua, éste flote (foto 4).
Finalmente dejamos reposar los bagels en la nevera durante toda la noche, o bien, podemos cocinarlos ya. Tenéis las dos opciones, depende del tiempo del que dispongáis, pero es más recomendable la primera opción (aun así, los que veis en la foto no han estado reposando durante toda la noche).

Ponemos en una olla 5 litros de agua con 10 gr de bicarbonato sódico, y la llevamos a ebullición.
Introducimos los bagels durante 60 segundos, por cada lado. Si señores, ¡hay que cocer los bagels! Los vamos colocando sobre una rejilla.
Cuando tengamos todos los bagels cocidos, los colocamos en una bandeja de horno y los decoramos con la mezcla de semillas.
Los horneamos a 220º durante 8 minutos. Debéis colocar la bandeja en mitad del horno con calor arriba y abajo, y ventilador (si tenéis). ¡Listos!

Veis que quedan con una textura de bollo de pan increíble. Además, la cocción previa en agua nos proporciona una corteza crujiente que le da su toque característico. No dejéis de hacerla, os sorprenderán. Son perfectos para esos días que tenemos que llevarnos el tupper a cuestas para comer fuera de casa.